Don Agustín, no tiene su vida resuelta económicamente, pero hay una frase que siempre está en su mente: lo que no es suyo es de «alguien».

El pasado domingo  27 de enero ,  caminaba en el mercado de San Felipe, en Guadalajara, cuando se encontró un monedero.

Observó a la gente que pasaba a su alrededor con la esperanza de  ver si encontraba a la dueña. Pero no tuvo  éxito.

El lunes siguiente, antes de iniciar el noticiero  GDL NOCTURNO  de Televisa Guadalajara, llegó una llamada, era Agustín, quien informó que había encontrado un monedero y buscaba a la dueña: AURELIA GONZÁLEZ. El nombre lo obtuvo de una de las credenciales que estaban en la cartera . 

En los siguientes minutos llamaron más de siete personas que dijeron ser dueñas del monedero (vaya ironía, en un acto de honestidad aparecieron  6 vivales ), con el cruce de información encontramos a la verdadera dueña.

Aurelia se mostró sorprendida al escuchar su nombre en la televisión, pero más, al enterarse que el motivo era devolverle su cartera perdida, nunca imagino que «hubiera gente que tiene sentimientos por otra gente, porque muy poca gente hace esto», dijo cuando habló a Televisa.

Narró que se dió cuenta que no traía la cartera media hora después de abandonar el mercado. Recordó que lo último que pago fue un kilo de manzanas, regreso al puesto donde las había comprado, pero ya no estaba su cartera. Al perder la esperanza de encontrarla se  retiro, triste porque traía poco más de mil doscientos pesos, producto de su trabajo semanal .

Ya con los datos de la dueña del monedero, Agustín y Aurelia se contactaron y acordaron que ella acudiría a su casa al día siguiente (martes) por su monedero.

Durante el encuentro, en una humilde casa de Guadalajara Oriente, Don Agustín manifestó que lo primero que pensó al ver la cartera, fue ponerse en el lugar de la dueña, «pensé que era su gasto de la semana o a lo mejor el fruto de su trabajo, para mí  hubiera sido muy doloroso que ella lo hubiera perdido», además, dijo que le provoca alegría ayudar a los demás y que con su comportamiento busca ser  un ejemplo a seguir para sus nietos.

Antes de despedir a Aurelia, Don Agustín le pidió un favor, que en caso de que ella encontrará alguna pertenencia de otra persona, hiciera todo lo posible para regresarla «pues con detalles pequeños, es como se logra una mejor sociedad «.

Don Agustín merece mi admiración y respeto, pues nos enseña que hay personas honradas que engrandecen a este País.