Sin duda es de aplaudir el terminar con el robo de gasolina.
Las cifras dadas a conocer por el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador no dejan duda de que algo se tiene que hacer. El robo representa 200 millones de pesos diarios, al año 73 mil millones de pesos.
Sin embargo la estrategia de cerrar los poliductos provoca una de las mayores crisis de abasto de gasolinas en por los menos 10 estados de la República.
Dice López Obrador que «en una semana se redujo el 80 % del robo de combustible» cerrando ductos, ¿por qué no ir más allá? Si no se distribuye una sola gota de hidrocarburos, la estadística nos dará el 100%, pero no se trata de plantear así la solución a un añejo problema. Se requieren acciones firmes pero donde no sea el ciudadano el afectado.
Largas filas de automovilistas se observaron desde el pasado jueves en diferentes estaciones de servicio y la situación conforme pasan los días lejos de mejorar empeora.
En plática con Pablo González Córdova, presidente de la Unión de Gasolineros de Jalisco, Colima y Nayarit, me comentó que de las 500 estaciones de servicio de la zona metropolitana de Guadalajara, 75 contaban con combustible el domingo de reyes.
En Jalisco el consumo diario es de 15 millones de litros (60 % MAGNA, 10 % PREMIUM Y 30 % DIESEL ), por lo que se requieren 400 pipas diarias para atender la demanda, lo que es prácticamente imposible.
En el momento de que se de luz verde para enviar los combustibles por el poliducto de Salamanca, como ya se hizo para dotar de hidrocarburos a León, reestablecer el servicio al 100 por ciento en la zona metropolitana de Guadalajara, tardaría entre tres y cuatro días.
Pablo González, negó que los gasolineros vendan hidrocarburo robado, ya que la Secretaria de Hacienda los tiene vigilados con lo que compran y lo que venden.
Reconoció que sí hay venta de gasolina robada al menudeo en locales al lado de las carreteras, tiendas y a veces hay «tambos» frente a las gasolineras establecidas, han hecho reportes ante la PGR, pero no pasa nada.

El dato: ayer una pipa cargada con 42 mil litros de hidrocarburo se volcó en una curva conocida como Las Monjas, en Puerto Vallarta, Jalisco, el derrame requirió de personal de bio-remediación.
Y mientras ahí se tiraba el hidrocarburo, en la zona metropolitana continúa el desabasto.